Full list of all 55 Blasphemous 2 achievements. It takes around 20-25 hours to unlock all of the achievements in the base game on Windows.
The base game contains 46 achievements, and there is 1 DLC pack containing 9 achievements.
Unlock all the Achievements.
Defeat the Faceless One, Chisel of Oblivion.
Defeat the Great Preceptor Radamés.
Defeat Orospina of the Confraternity of Embroiderers.
Defeat Lesmes of the Confraternity of Incorruptible Flesh.
Defeat the Sentinel of the Emery.
Defeat Benedicta of the Confraternity of Endless Orison.
Defeat Odón of the Confraternity of Salt.
Defeat Sínodo, Hymn of the Thousand Voices.
Defeat Svsona, Fermosa Fembra.
Defeat Eviterno, Father of the Penitents.
Defeat the Devotion Incarnate, the last child of the Miracle.
Unlock Ending A.
Unlock Ending B.
Find all of the Prayers.
Find all of the Rosary Beads.
Find all of the Figures.
Reveal the whole map.
Unlock all Bile Flasks.
Unlock all of the Rosary Bead slots.
Find all of the hidden symbols.
Free Próximo’s brothers.
Purchase all available items in the shop in the City of the Blessed Name.
Find all the hidden Cobijadas.
Bring every Remembrance to an artisan and turn them into Figures.
Complete all the battle challenges.
Lift the Curse of the Unforgiven.
Hear the echoes of the past.
Kill 300 enemies using Ruego Al Alba.
Kill 300 enemies using Sarmiento & Centella.
Kill 300 enemies using Veredicto.
Execute 50 different enemies.
Kill every type of enemy.
Unlock all Abilities.
Reach the room of the Sentinel of the Emery in under 30 minutes.
After the first fight, defeat any boss without receiving damage.
Unlock the true power of Veredicto.
Unlock the true power of Sarmiento & Centella.
Unlock the true power of Ruego Al Alba.
Unlock all Weapon Memories.
Fall into spikes and survive.
Toll a bell 12 times.
Reunite Cástula with Trifón.
Unlock all slots in the Altarpiece of Favours.
Deal more than 250 damage with a single strike.
Complete 100% of the game.
En el amanecer del primer día, el pupilo y el maestro se enfrentan en un duelo, un combate donde el maestro, con la serenidad de quien acepta su destino, ofrece su vida como último acto de enseñanza.
El pupilo embalsamará el cuerpo del maestro. Aplicará ungüentos secretos, mezclas ancestrales que preservan la carne y desafían el paso del tiempo, asegurando que el legado físico del maestro perdure.
El pupilo, se arrodillará junto al cuerpo inerte, derramará lágrimas que son recogidas en un lacrimatorio, un pequeño frasco que llevará colgado al cuello, símbolo de su eterno duelo y devoción.
En la calidez de la fragua, el pupilo forjará su arma. Este artefacto no será solo una herramienta de guerra, sino un receptáculo sagrado que albergará el cuerpo embalsamado del maestro, preservando su alma consciente.
Durante noches interminables, el pupilo velará junto al arma con el maestro en su interior, recitando antiguas plegarias de la hermandad. Con los ojos cerrados, esperará pacientemente escuchar la voz del maestro, un susurro desde el más allá que guiará su camino.
El pupilo consagrará el arma con su propia sangre, un acto que simboliza la unión indisoluble entre su linaje y el legado de su maestro. La sangre, al tocar el afilado metal, sellará un pacto eterno.
En un trance profundo, el pupilo será juzgado por los espíritus de antiguos maestros. Estos espectros desafíarán su sabiduría y fortaleza, sometiéndolo a pruebas que solo los dignos pueden superar. Aquellos que demuestran su valía recibirán la bendición de los ancestros.
El pupilo, restregará sus labios con cenizas sagradas, aceptando la misión revelada por su maestro. Este juramento sellado será un compromiso inquebrantable con su destino.
Con la pesada arma sagrada en sus manos, el pupilo emprenderá un peregrinaje. Cada paso que de es un tributo al legado del maestro, llevando consigo la memoria y la enseñanza hacia su destino final.